La sanidad es el comienzo, no el final del procesamiento de alimentos, debido a que al no iniciar con una operación limpia, el equipo y el ambiente puede introducir contaminación potencialmente peligrosa. El proceso de saneamiento establece las condiciones higiénicas básicas necesarias para producir alimentos inocuos sanos.
Las buenas prácticas de sanidad incluyen limpieza general, el lavado y desinfección de equipos, paredes, pisos y utensilios; utilizados para elaborar los alimentos.
Los controles preventivos de saneamiento basados en riesgos se enfocan en minimizar significativamente o prevenir los peligros tales como patógenos ambientales y peligros biológicos debido a la manipulación de empleados y peligros de alérgenos alimentarios.
Los controles preventivos de saneamiento no son reactivos. Funcionan en conjunto con otros programas, entre ellos Buenas Prácticas de
Manufactura; y están destinados a minimizar el riesgo de peligros para la inocuidad alimentaria que puedan identificarse en el proceso de saneamiento.
La falta de controles preventivos eficaces de sanidad ha contribuido a una gran cantidad de retiros de productos del mercado. Cuando el análisis de peligros identifica un peligro que requiere de un control preventivo de sanidad, se deben desarrollar y documentar los procedimientos, las prácticas y los procesos usados para manejar estos peligros.
La limpieza de las superficies de contacto con el alimento es un elemento primario de los controles preventivos de sanidad, es por eso que en Sidelsa contamos con personal capacitado en FSPCA , para brindar asesoría y capacitación en la implementación de medidas preventivas de saneamiento; además contamos con el respaldo de productos químicos de limpieza y saneamiento de origen canadiense marca PACE 49, que cuentan con requerimientos que permiten diseñar programas bajo el reglamento de controles preventivos de la Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos FSMA de la FDA.